Nuestra parte emocional y nuestra parte irracional están conectadas
de tal forma que las emociones tienen mayor influencia sobre la razón
que en el caso contrario. Por eso nos es tan complicado controlar
nuestros pensamientos y emociones. Si nos hacen un comentario que no nos
gusta, enseguida aparece el malestar sin que le hayamos dado permiso.
La clave para ser feliz está en restarle importancia a las cosas. Debemos relajarnos y ser más "pasotas".